¡¡¡La Diabetes Mellitus es la primera causa de ceguera y de amputación no traumática!!!


DIABETES Y ALTERACIONES SEXUALES


La diabetes, en cualquiera de su dos tipos, produce, dentro de los 10 primeros años de su diagnóstico, disfunción sexual en aproximadamente la mitad de los pacientes y según avanza la enfermedad la cifra aumenta. Los trastornos sexuales afectan sobre todo a la fase de excitación y provocan dificultades de excitación y de lubricación en la mujer, y disfunción eréctil en el hombre. Esta afectación de la excitación sexual en las personas con diabetes es más progresiva y grave que la que ocurre con otras enfermedades, y a lo largo de su evolución se le asocian trastornos de deseo y también en el orgasmo. A la acción negativa de la diabetes sobre la función sexual se suma la de otras enfermedades que suelen ser simultáneas como hipertensión, colesterol alto e incluso la toma de algunos medicamentos.


En la mujer con diabetes se han comprobado los trastornos del deseo, las dificultades en la lubricación vaginal y la anorgasmia. La disminución o ausencia de la libido o del deseo puede tener un origen psicológico (relaciones insatisfactorias, ansiedad, sentimiento de inferioridad, vergüenza, baja autoestima), pero también a menudo está relacionada con la enfermedad, debido a que los altos niveles de glucosa pueden ocasionar cansancio intenso, lo que conlleva descenso del deseo. El problema sexual más frecuente son las dificultades para obtener una adecuada lubricación por afectación de la excitación asociada a una falta de expansión vaginal, lo que conduce a unas relaciones coitales irritables y dolorosas (dispareunia) y que suelen acarrear disminución del deseo e incluso rechazo a las relaciones sexuales. La anorgasmia o incapacidad para alcanzar el orgasmo la produce la falta de lubricación y el coito doloroso. Un factor añadido que multiplica el rechazo sexual es la frecuente aparición de infeccione s vaginales, propiciadas por los elevados niveles de glucosa, que provocan molestias (mal olor, picor, sensación de suciedad).

Los factores psicológicos sobre cómo se vive la diabetes y cómo se adapta la vida a la enfermedad afectan de manera significativa a la relación sexual. La diabetes puede tener repercusión en la autoestima y en la imagen personal, favorecer los sentimientos negativos de inseguridad, de ser diferente, de haber perdido atractivo y capacidad de seducción y miedo al rechazo. Todo esto favorece conductas que evitan la actividad sexual por miedo al contacto íntimo.

En algunas mujeres el temor a un embarazo no deseado, con todo lo que ello comporta (miedo a las posibles consecuencias sobre el feto y sobre la propia salud) provoca estados de ansiedad que propician el desinterés sexual y, si se lleva a efecto, a adoptar una actitud tensa que ahuyenta cualquier sensación placentera.


En la diabetes Tipo I los trastornos sexuales aparecen de manera más tardía y son menos graves que en la diabetes Tipo II, entre otras razones porque el Tipo I suele asociarse en menor grado a enfermedades como hipertensión, dislipemia y trastornos circulatorios, que también afectan a la función sexual.


El tratamiento de estos trastornos sexuales inducidos por la diabetes es principalmente el seguimiento de la enfermedad de base. Es esencial cumplir de manera adecuada con la dieta, la toma regular de la medicación(antidiabéticos orales o insulina), la práctica de ejercicio de manera regular y la corrección de los otros factores que pueden agravar la disfunción sexual (depresión, hipertensión arterial, colesterol alto, tabaquismo, vida sedentaria, alcoholismo, ingesta de algunos fármacos).

Los trastornos sexuales en las personas con diabetes pueden precisar una terapia sexual y fármacos específicos que, como en la disfunción eréctil o la sequedad vaginal, han demostrado su eficacia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario