BOMBA DE INSULINA
La bomba es un dispositivo que permite administrar la insulina de manera continua. Su tamaño es similar al de un buscapersonas, tiene que ser programado por el propio paciente siguiendo siempre los consejos del equipo diabetológico. La bomba tiene en su interior un compartimento destinado a colocar el depósito de insulina, que se rellena de la misma forma que una jeringa convencional. La insulina se administra de forma continua, por tanto es necesario tener una conexión permanente a través de un tubo llamado catéter que se pincha en el tejido subcutáneo y se debe cambiar cada dos o tres días.
El objetivo del tratamiento de la diabetes (con o sin bomba) es reproducir, lo más fielmente posible, la secreción fisiológica de insulina por el páncreas, para lograr en todo momento la normalidad de la glucemia. La bomba no mide la glucemia ni decide la insulina que debe administrar, es decir, no administra insulina en función de la glucemia. En el individuo no diabético el páncreas segrega de forma continua una pequeña cantidad de insulina que permite mantener la glucemia en concentraciones normales fuera de los períodos de ingesta. Esto es necesario porque en los periodos de ayuno, el hígado, que es un almacén de glucosa, va liberando glucosa a la sangre de forma continua y necesita la insulina para regular esta salida. Esta cantidad necesaria de insulina es lo que constituye la secreción basal de insulina.
Además, después de una comida se produce un aumento importante de glucosa en sangre y el páncreas responde segregando insulina de manera proporcional para facilitar la entrada de glucosa en el músculo y en el tejido adiposo, principalmente. Esto se conoce como secreción de insulina estimulada por la ingesta.
En la terapia con bomba se emplea:
• una perfusión basal: es el flujo continuo de insulina administrado por la bomba de forma automática a lo largo de todo el día y que pretende simular la secreción pancreática basal.
• varios bolus: es la insulina que el paciente se debe administrar cada vez que ingiere un alimento o cuando necesita una cantidad extra de insulina. Los bolus semejan el aumento de secreción de insulina pancreática que se produce tras la ingesta.
La perfusión basal debe programarse, con ayuda del equipo diabetológico, en función de las glucemias capilares realizadas con frecuencia por el paciente a lo largo del día y de la noche, fuera del periodo post-prandial. Una de las ventajas de la terapia con bomba es que pueden programarse diferentes perfusiones basales a lo largo de las 24 horas.
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