¡¡¡La Diabetes Mellitus es la primera causa de ceguera y de amputación no traumática!!!

BOMBA DE INSULINA


La bomba es un dispositivo que permite administrar la insulina de manera continua. Su tamaño es similar al de un buscapersonas, tiene que ser programado por el propio paciente siguiendo siempre los consejos del equipo diabetológico. La bomba tiene en su interior un compartimento destinado a colocar el depósito de insulina, que se rellena de la misma forma que una jeringa convencional. La insulina se administra de forma continua, por tanto es necesario tener una conexión permanente a través de un tubo llamado catéter que se pincha en el tejido subcutáneo y se debe cambiar cada dos o tres días.


El objetivo del tratamiento de la diabetes (con o sin bomba) es reproducir, lo más fielmente posible, la secreción fisiológica de insulina por el páncreas, para lograr en todo momento la normalidad de la glucemia. La bomba no mide la glucemia ni decide la insulina que debe administrar, es decir, no administra insulina en función de la glucemia. En el individuo no diabético el páncreas segrega de forma continua una pequeña cantidad de insulina que permite mantener la glucemia en concentraciones normales fuera de los períodos de ingesta. Esto es necesario porque en los periodos de ayuno, el hígado, que es un almacén de glucosa, va liberando glucosa a la sangre de forma continua y necesita la insulina para regular esta salida. Esta cantidad necesaria de insulina es lo que constituye la secreción basal de insulina.


Además, después de una comida se produce un aumento importante de glucosa en sangre y el páncreas responde segregando insulina de manera proporcional para facilitar la entrada de glucosa en el músculo y en el tejido adiposo, principalmente. Esto se conoce como secreción de insulina estimulada por la ingesta.


En la terapia con bomba se emplea:
• una perfusión basal: es el flujo continuo de insulina administrado por la bomba de forma automática a lo largo de todo el día y que pretende simular la secreción pancreática basal.

• varios bolus: es la insulina que el paciente se debe administrar cada vez que ingiere un alimento o cuando necesita una cantidad extra de insulina. Los bolus semejan el aumento de secreción de insulina pancreática que se produce tras la ingesta.


La perfusión basal debe programarse, con ayuda del equipo diabetológico, en función de las glucemias capilares realizadas con frecuencia por el paciente a lo largo del día y de la noche, fuera del periodo post-prandial. Una de las ventajas de la terapia con bomba es que pueden programarse diferentes perfusiones basales a lo largo de las 24 horas.


DIABETES Y ALTERACIONES SEXUALES


La diabetes, en cualquiera de su dos tipos, produce, dentro de los 10 primeros años de su diagnóstico, disfunción sexual en aproximadamente la mitad de los pacientes y según avanza la enfermedad la cifra aumenta. Los trastornos sexuales afectan sobre todo a la fase de excitación y provocan dificultades de excitación y de lubricación en la mujer, y disfunción eréctil en el hombre. Esta afectación de la excitación sexual en las personas con diabetes es más progresiva y grave que la que ocurre con otras enfermedades, y a lo largo de su evolución se le asocian trastornos de deseo y también en el orgasmo. A la acción negativa de la diabetes sobre la función sexual se suma la de otras enfermedades que suelen ser simultáneas como hipertensión, colesterol alto e incluso la toma de algunos medicamentos.


En la mujer con diabetes se han comprobado los trastornos del deseo, las dificultades en la lubricación vaginal y la anorgasmia. La disminución o ausencia de la libido o del deseo puede tener un origen psicológico (relaciones insatisfactorias, ansiedad, sentimiento de inferioridad, vergüenza, baja autoestima), pero también a menudo está relacionada con la enfermedad, debido a que los altos niveles de glucosa pueden ocasionar cansancio intenso, lo que conlleva descenso del deseo. El problema sexual más frecuente son las dificultades para obtener una adecuada lubricación por afectación de la excitación asociada a una falta de expansión vaginal, lo que conduce a unas relaciones coitales irritables y dolorosas (dispareunia) y que suelen acarrear disminución del deseo e incluso rechazo a las relaciones sexuales. La anorgasmia o incapacidad para alcanzar el orgasmo la produce la falta de lubricación y el coito doloroso. Un factor añadido que multiplica el rechazo sexual es la frecuente aparición de infeccione s vaginales, propiciadas por los elevados niveles de glucosa, que provocan molestias (mal olor, picor, sensación de suciedad).

Los factores psicológicos sobre cómo se vive la diabetes y cómo se adapta la vida a la enfermedad afectan de manera significativa a la relación sexual. La diabetes puede tener repercusión en la autoestima y en la imagen personal, favorecer los sentimientos negativos de inseguridad, de ser diferente, de haber perdido atractivo y capacidad de seducción y miedo al rechazo. Todo esto favorece conductas que evitan la actividad sexual por miedo al contacto íntimo.

En algunas mujeres el temor a un embarazo no deseado, con todo lo que ello comporta (miedo a las posibles consecuencias sobre el feto y sobre la propia salud) provoca estados de ansiedad que propician el desinterés sexual y, si se lleva a efecto, a adoptar una actitud tensa que ahuyenta cualquier sensación placentera.


En la diabetes Tipo I los trastornos sexuales aparecen de manera más tardía y son menos graves que en la diabetes Tipo II, entre otras razones porque el Tipo I suele asociarse en menor grado a enfermedades como hipertensión, dislipemia y trastornos circulatorios, que también afectan a la función sexual.


El tratamiento de estos trastornos sexuales inducidos por la diabetes es principalmente el seguimiento de la enfermedad de base. Es esencial cumplir de manera adecuada con la dieta, la toma regular de la medicación(antidiabéticos orales o insulina), la práctica de ejercicio de manera regular y la corrección de los otros factores que pueden agravar la disfunción sexual (depresión, hipertensión arterial, colesterol alto, tabaquismo, vida sedentaria, alcoholismo, ingesta de algunos fármacos).

Los trastornos sexuales en las personas con diabetes pueden precisar una terapia sexual y fármacos específicos que, como en la disfunción eréctil o la sequedad vaginal, han demostrado su eficacia.


SEXUALIDAD MASCULINA Y DIABETES

La diabetes, especialmente si se lleva un deficiente control glucémico mantenido durante años, puede dar lugar a alteraciones vasculares y nerviosas que en el caso de afectar a vasos y nervios del área genital puede producir problemas en la vida sexual de algunos hombres.

Este tipo de problemas se denominan "disfunciones sexuales masculinas" y en ellas se incluyen alteraciones de la erección, de la eyaculación, en el orgasmo, en la sensibilidad e incluso en el deseo sexual.

Pero además de estas afectaciones vasculares la diabetes puede suponer una situación de angustia, inseguridad, infravaloración y de miedo al fracaso, lo que, por sí solo ya es capaz de producir una disfunción sexual, pero que, cuando se asocia a factores físicos, incrementan de manera considerable todos estos problemas.

La disfunción sexual más frecuente en hombres con esta enfermedad es la disfunción eréctil o "impotencia" que consiste en la dificultad o imposibilidad permanente y repetida de lograr una erección que permita al hombre mantener relaciones sexuales satisfactorias.


¿Por qué se produce?

Para que se produzca la erección, el pene tiene los llamados cuerpos cavernosos, estructuras esponjosas situadas encima de la uretra a lo largo de todo el pene. Cuando se produce una estimulación sexual, los músculos de los cuerpos cavernosos se relajan y permiten la entrada de sangre hacia éstos, llenándolos y haciendo que el pene se expanda y aumente de tamaño, comprimiendo las venas, lo que impide que la sangre salga, produciéndose la erección.

La impotencia se puede producir por alteraciones en cualquiera de los pasos que dan lugar a la erección:
· Alteración en los nervios y la sensibilidad del pene.
· Bloqueo de las arterias, que no permite la llegada de suficiente flujo sanguíneo.
· Incapacidad para retener y almacenar la sangre.

Entre las causas que pueden originar alguna de estas alteraciones se encuentran, de manera genérica: enfermedades (diabetes, enfermedades renales, alcoholismo crónico, enfermedades vasculares, cirugía de la próstata,...); el uso de determinados medicamentos (antidepresivos, tranquilizantes, pastillas para adelgazar, antihistamínicos,...); fumar, ya que afecta a la circulación sanguínea; el consumo excesivo de alcohol y el uso de drogas; y trastornos hormonales.

En otro orden de causas encontramos los factores psicológicos, causantes del 10 - 20 % de los casos de impotencia, y entre los que destacan el estrés, la ansiedad, sentimientos de culpa, depresión, baja autoestima y el miedo a fallar. Todos estos sentimientos y temores se pueden ver incrementados en el hombre diabético por el miedo a sufrir una hipoglucemia.

PUNTOS CLAVE DE LA ALIMENTACIÓN PARA LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA DIABETES


  1. Controlar el nivel de la glucosa en sangre. Se preferirán siempre los alimentos de bajo índice glucémico a los de alto. Se evitarán los azucares simples en la medida de lo posible (sin llegar a una prohibición absoluta, pero prefiriéndose aquellos que no contengan glucosa, como la fructosa) y se recomendará el consumo de cereales integrales y alimentos ricos en fibra en general.
  2. Mantener un peso adecuado (mediante el control de las calorías ingeridas). El exceso de grasa corporal hace más difícil a las personas con diabetes tipo II utilizar su propia insulina.
  3. Equilibrar la proporción entre el aporte de carbohidratos (65 %), proteínas (15 %) y grasas (30 %).
  4. Alcanzar o mantener un nivel de lípidos en sangre adecuados. El reparto entre los diferentes tipos de grasas debe ser: 10 % saturadas, 10 % monoinsaturadas y 10 % poliinsaturadas. Se evitarán alimentos ricos en colesterol, ya que los diabéticos, por la estrecha relación que existe entre el metabolismo de los glúcidos y el de los lípidos, son unos de los principales grupos de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
  5. Los alimentos deben ser frescos y poco procesados: fruta fresca, cereales integrales, verduras frescas, crudas o al vapor, yogures naturales, etc. Evitar las comidas preparadas de los comercios, bollería y helados industriales, conservas, snack, etc.
  6. La alimentación debe aportar una cantidad adecuada de nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, etc.). La dieta debe ser variada, así se tendrá más posibilidades de conseguir todas las vitaminas y minerales necesarios. Debe prestarse especial atención a los niveles de cromo y zinc, que son críticos para la respuesta insulínica.
  7. Controlar el aporte de sodio en la dieta. El riñón suele ser un órgano afectado en los diabéticos, debido al trabajo extra que debe realizar para eliminar el exceso de cuerpos cetónicos que se forman cuando falta insulina, por lo que el exceso de sodio puede resultar muy peligroso. La hipertensión arterial también cursa asociada a la diabetes en la mayoría de los casos (síndrome X).
  8. Favorecer el crecimiento normal en los niños. Durante el crecimiento de los niños y durante el embarazo y la lactancia de las madres, un incremento en el aporte de proteínas, aminoácidos esenciales, calcio, etc., deben ser tenido en cuenta.
  9. Practicar ejercicio físico regularmente. El ejercicio físico ayuda al control del peso y el sudor elimina sodio y toxinas. Es necesario prever que el consumo de glucosa se incrementa al hacer trabajar los músculos.
  10. Tener en cuenta los 9 anteriores puntos.




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PIRÁMIDE ALMENTARIA DEL DIABÉTICO




Una persona con diabetes, debe consumir alimentos variados para obtener las vitaminas y minerales que necesita.Por lo tanto es mejor que coma más alimentos que pertenezcan a los grupos de la parte inferior de la pirámide y menos de los de la parte superior.

TRATAMIENTO CON CÉLULAS MADRE ADULTAS

La diabetes tipo I es causada por una destrucción masiva de las células β del páncreas productoras de insulina y en la diabetes tipo II se presenta una relativa deficiencia de insulina debido a la disminución de la sensibilidad a ésta. En ambos tipos de diabetes se presenta un funcionamiento inadecuado de las células β asociado a la disminución en la masa celular; su mayor indicador es la hiperglicemia con aumento de HbA1c, el peptido C. y el deterioro general del paciente.






En los últimos años han aparecido gran cantidad de terapias para tratamiento de la diabetes entre las que podemos incluir transplante de islotes pancreáticos, transplante de células ductales pancreáticas, transplante de células madre fetales, transplante de célula madre embrionarias e incluso tratamientos con factores de crecimiento e interleukinas entre otras. Todos estos tratamientos propuestos para curar la diabetes presentan diversos problemas ya que tienen una alta incidencia en la progresión de complicaciones .No se puede contar con una cantidad de donantes apropiada, se presentan problemas de rechazo inmunológico y en tratamientos de inmunosupresión lo que puede evitar mejoría en la calidad de vida de los pacientes.

La terapia con células madre autólogas actualmente han sobresalido a las otras terapias, ya que presenta grandes ventajas. Con el tratamiento de células madre autólogas se elimina por completo problema de rechazo inmunológico además de su fácil acceso y manejo; y ya que se ha demostrado que las células madre adultas presentan la capacidad de diferenciarse a múltiples linajes celulares es posible en la actualidad utilizar estas células para tratamiento de diversas enfermedades.
Aún no está claro el mecanismo por el cual las células madre adultas proporcionan mejoría en los tejidos aunque se ha demostrado que ya sea por diferenciación al tejido afectado o por producción de señales endógenas ellas promueven la regeneración tisular.

En el caso de la diabetes se ha demostrado que las células madre adultas inducen la formación de grupos de islotes de células B in Vitro, así como también estimulan la producción de insulina.

Por otro lado el oxígeno hiperbárico se ha usado por décadas en el tratamiento de heridas isquemicas y mas recientemente se ha demostrado que la terapia de oxigenación hiperbárica incrementa la actividad de la médula ósea por la via oxido nítrico sintasa causando la movilización y el aumento de progenitores endoteliales. Estos progenitores son atraidos por efecto de citoquinas a sitios de inflamación localizados. Debido a que en la diabetes mellitus tipo 2 se ocasiona una inflamación en el páncreas se pretende que las células madre autólogas y los progenitores endoteliales migren al páncreas ocasionando angiogénesis y liberando factores que induzcan la diferenciación de los progenitores celulares.

La infusión de células madre autólogas al páncreas incrementa el nivel local de Progenitores potenciando los efectos descritos para estimular la regeneración de las células B del páncreas. El aumento en los islotes B observados incrementan los niveles de HbA1c y los niveles de péptido C y es muy probable que se disminuyan los requerimientos de insulina y metformina.



AUTOTRANSPLANTE DE CÉLULAS MADRE ADULTAS, UNA PROMESA PARA LA DIABETES TIPO 1

Investigadores de la Universidad de São Paulo (Brasil) y de la Universidad Northwestern de Chicago (EEUU) han llevado a cabo un estudio cuyos resultados han sido publicados en la revista 'The Journal of the American Medical Association' ('JAMA').

En el estudio participaron 15 pacientes con diabetes tipo 1 recientemente diagnosticados. El tratamiento al que fueron sometidos consistía en extraer de su sangre células madre adultas o hematopoyéticas, congelarlas mientras les administraban un ciclo de quimioterapia, y posteriormente trasplantarles las células extraídas.

Logros del trasplante

El objetivo de este tratamiento es, en primer lugar, eliminar con la quimioterapia las células del sistema inmunológico o defensivas, que son las que atacan al páncreas, para posteriormente transfundir o transplantar las propias células madre adultas del paciente. Parece que esas células podrían dar lugar a células inmunológicas 'buenas' o podrían alterar el proceso degenerativo de las células beta del páncreas.

Y eso parece haberse conseguido en la mayoría de estos 15 participantes, ya que tras someterse a esta terapia 14 de ellos no necesitaron inyectarse insulina en un tiempo que varió de siete a 36 meses.

Aunque se comprobó, a través de análisis sanguíneos, que la mayoría logró un buen control de la glucosa y un freno en el deterioro de sus células beta pancreáticas, la evolución varió de unos pacientes a otros. Así, dos de ellos que inicialmente precisaron insulina tras el tratamiento, pudieron dejar de inyectarse a los 20 y 12 meses después del trasplante de células madre. En cambio 11 de ellos que habían logrado una mejoría, al año requieron de nuevo la administración externa de insulina.

Por otro lado, y dentro de los efectos secundarios experimentados por el tratamiento quimioterápico, la mayoría de los pacientes tuvo neutropenia febril (un déficit de las células en sangre), náuseas, vómitos y alopecia (pérdida de cabello). Uno de los participantes sufrió una neumonía bilateral como consecuencia del déficit de defensas.

A pesar de la respuesta variable de los pacientes, los autores consideran estos resultados esperanzadores aunque creen que son necesarias más investigaciones para confirmar el papel de este tratamiento y "evaluar la contribución de las células madre hematopoyéticas en el cambio de la historia natural de la diabetes tipo 1".

Fuente de información : elmundo.es Salud